Mensajes que desvelan

Domingo a las ocho de la mañana y no me puedo dormir... Después de intercambiar
mensajes con mi ex. Me encuentro en su pueblo, actividades con amigos me trajeron aca
y la posibilidad de vernos estaba latente, y lo sigue estando.
Pero ¿por qué me despabila el hablar con el? Si bien cuando terminamos no fue la gloria
de separarnos, con el tiempo estuvimos chateando y supimos entender porque se dieron
las cosas que nos llevaron a terminar la relación.
Yo hoy por hoy estoy conociendo a otro chico, que me mueve el piso. Me hace sentir,
pensar y actuar como cuando se sienten esas mariposas en el estómago. Cuando recibo un mensaje de el, se me ilumina la cara con una sonrisa. Pero, si me siento tan bien con este nuevo muchacho, ¿por qué me despabilan unos mensajes con mi ex con la posibilidad de vernos?
Al momento de separarnos, lo hicimos por chat (la distancia no nos permitió el face
to face) y desde una semana antes de ese momento que no lo he vuelto a ver. ¿Será por
querer un cierre definitivo a la relación que me encuentro escribiendo esto en vez de
seguir durmiendo? Mi mente al menos me dice eso. El corazón esta diciendo me que no
desaproveche las nuevas oportunidades que se dan con el chico que estoy conociendo,
pero algo en el cuerpo me dice que tengo que volver a ver a mi ex, al menos un segundo,
pero... No se por que...
Mensajes que despavilan... ¿Hay que seguirlos por instintos? ¿O solo dejarlos como eso que
son al fin y a cabo, mensajes?
Hoy opto por la segunda opción, mañana espero no arrepentirme!

¿Solo o acompañado?

Cuando uno está en pareja siempre desea estar soltero, y viceversa. Ojo, esto es lo que se dicen con chistes de por medio y charlas amenas con amigos. Pero, ¿Cuánta verdad habrá en todo esto realmente?

Tengo amigos que siempre se jactan de la soltería y otros que desearían volver a ser solteros. Yo por mi parte, soy soltero y eso no me molesta, pero tampoco me jacto de ello. Tengo la suerte momentánea de decir que soy soltero pero no estoy solo, y cuando lo digo muchos se me ríen, sin embargo es la realidad. Una persona que vive en sociedad jamás está sola. Siempre aparece alguien con quien compartir ciertos momentos y actividades, ¿o me equivoco?

A pesar de estar bien conmigo mismo, muchas veces me pongo a pensar cómo sería volver a estar en pareja hoy. Pero con eso, pienso que debería tener una pareja, es decir, que busco yo en esa persona que lo haría él indicado para mí. Es acá donde caigo siempre en una paradoja entre si me estoy volviendo muy exquisito, buscando los defectos de los demás para evitar “engancharme” o si las cicatrices que dejaron las heridas del pasado me frenan por temor a conseguir nuevas. Yo quiero creer que es un poco de ambas.

Muchas veces en charlas entre amigos surgen estos temas de las relaciones, la soltería, los temores a emparejarse, etc. Siempre comento lo mismo, “Sin riesgos no se vive”. Con esto quiero hacer referencia a que si uno no se arriesga, ¿cómo se puede saber que la otra persona no es la indicada? Cada vez que lo repito me siento más hipócrita. Muchas veces he dejado escapar a buenos pibes por esos temores y cuando no los dejaba escapar, hacía cosas que los terminaban alejando de mí. ¿Por qué lo hacía, mejor dicho, hago? No lo sé. Puede ser la comparación constante con los anteriores, o los mismos temores a sufrir lo que ya viví antes. Una cosa es segura, ¡estoy soltero!

Soltero y sin apuro suelen decir muchos. ¿Solo o acompañado? Hoy solo, mañana no sé.

Limites... y no matemáticos

Desde chicos nos imponen limites referidos a nuestra seguridad (“no toques eso”,”no cruces la calle”, “no hagas esto”, “no hagas aquello”, etc.), limites de respeto (“no me hables así”, “no levantes el tono”, “no insultes”, por decir algunos) entre los rangos más marcados. Pero ¿qué sucede cuando la persona que te impone los limites no lo hace equitativamente con tus pares? O ¿qué pasa cuando esa misma persona no respeta ni sus propios límites, pero igual te los imponen?

Este tipo de transgresiones en los discursos lo vemos en todos los ambientes en los que nos encontramos (políticos, sociales, familiares, educacionales, etc.). Hoy quiero puntualizar sobre los límites familiares.

En mi casa siempre se dijo que hay que respetar a la familia por sobre todas las cosas, en especial dentro de la casa de mis padres. Algo que siempre me quedo recalcado fue el hecho de un límite en particular que me dijo mi madre: “Esta es nuestra casa, y bajo este techo se nos va a respetar como los padres que somos”, haciendo referencia a traer a dormir a parejas de mi hermano y mías propias a casa. Esto me lo dijo de chico (15 o 16 años). Cuando le revelé que soy gay su discurso cambió para conmigo diciendo: “Nunca me traigas nadie a casa”. Si así de crudo lo dijo y textualmente. Comprendí su punto de vista y lo respete y lo sigo respetando. En dos años que estuve de novio, mi pareja jamás piso mi casa, cruel, pero cierto.

Hoy por hoy, mi hermano esta en pareja (aclaro que él es hetero), lo que a mis padres los puso muy feliz (extremadamente). Es la primera novia que les presenta, así que imaginen su felicidad. Pero hay algo que no cierra del todo. Con mi “cuñada” se olvidan del hecho de los límites, ella entra y sale de casa como si fuese suya. No me molesta en lo absoluto que lo haga, lo que si me molesta es la hipocresía de ponerme límites a mí y no a ellos por parte de mis padres.

Por ejemplo, mi “cuñada” tiene la costumbre de ir a casa a las 12 de la noche, si a las 12 de la noche y suele quedarse una o dos horas, entra hace su vida en pareja como si nada, obviamente mi hermano como perro faldero tras de ella. Mis padres solo agarran, cierran la puerta de su habitación y hacen como si nada pasase. Fantástico con ellos. Para que se den una idea de las libertades de la señorita en mi casa, esta mañana cuando me levante para venir a trabajar, lo doña esta acudiendo al llamado de la naturaleza (se quedo a dormir anoche) ¡con la puerta del baño abierta de par en par!! ¡Si si, eso mismo!! Ah, y con las luces apagadas para pasar desapercibida, ¡ojo con el detalle!!

¡Yo quisiera saber donde quedaron los límites con los que tanto me picaron los sesos en mi adolescencia! Entiendo que sea la primera mujer que mi hermano trae a casa, y en especial después de yo declarar mi homosexualidad y que por ello mis padres salten en una pata de la felicidad. Pero ¿esa es razón suficiente para tirar abajo años de educación basada en el respeto?

Cada casa es un mundo, con sus guerras internas y épocas de paz. En el mundo de las cuatro paredes de la casa de mis padres hoy se detallará otra guerra mundial, incluso hasta con armamento nuclear. Después les cuento quien es el vencedor. Dicen que la historia solo la cuentan quienes ganaron las batallas, ¡espero que me puedan leer después de hoy! ;-)

Una y mil veces superándote

¿Por qué será que siempre que después de pasado un tiempo de haber terminado con tu ex, de decir que ya lo superaste, al ver que siguió adelante con su vida, que está en pareja nuevamente, te da esa sensación de que no lo superaste realmente?

¿Por qué será que nunca podemos realmente superar a esas personas que nos han dejado? Siempre digo, mejor dicho, me digo, que a mis amores los supere, ¿pero cuanta verdad hay en eso? Con algunos sigo hablando y no me mueven el piso para nada, con los que menos me hablan, son los que más me afectan cuando tengo novedades de sus vidas. Pero, ¿por qué? Si yo ya no pienso constantemente en ellos, si yo no estoy pendiente de lo que hacen o dejan de hacer... Yo solo quiero seguir adelante y superarlo realmente, ¿por qué mi corazón no me deja hacerlo? ¿Qué me retiene al recuerdo de ese amor de verano?

Quiero entender para poder decir una vez más que ya te supere. ¿Tan complicado es el sentimiento que la razón no puede combatir?

Soy así, pienso así y quiero vivir así

Que sentir y que pensar cuando uno se condiciona entre lo que quiere expresar y con lo que debe expresar.

Si yo soy así, pienso así y quiero vivir así, ¿por qué siempre se debe buscar el adaptarse a pensar asa, ser asa y vivir asa? Estas cuestiones siempre suceden en la vida en todos los ámbitos que transitamos. Muchos no se aceptan físicamente porque las revistas, la televisión, las casas de ropa condicionan a las personas a ser de tal talla a usar tal ropa y a pensar de tal forma, allí se genera un quiebre psíquico en lo individual, porque pensando ¿si yo soy así, por qué me tengo que ver como quieren los demás que me vea?

Nuestra generación siempre se muestra como la rebelde de los últimos tiempos, rebelde en cuanto a las formas de conseguir llamar la atención. No caben dudas que nuestros padres, abuelos y demás antepasados fueron rebeldes en sus circunstancias, en el tiempo en el que les tocó vivir y demás. Yo hoy veo que hay una explosión en cuanto a revoluciones de diversidades en todos sus aspectos; diversidad cultural, artística, musical, sexual, de expresión, etc. y al venir todas juntas se ve como un ataque al estilo conservador en el que nuestros padres y abuelos nos han educado. Y acá una duda existencial, si ellos nos educaron en este sistema ¿por qué se oponen tanto a estas diversidades?, eso será tema para otro posteo.

Hoy siento que mi explosión en cuanto a la diversidad que vivo, la sexual, está contenida  en las cuatro paredes de mi hogar, pero libre fuera de ellas. Esto se debe a que dentro de casa no busco ser yo, busco complacer a quienes conviven conmigo, será quizás por sentimiento de culpa de no ser lo que ellos esperaban, para evitarles más dolor. Fuera de aquí vivo, pienso y soy de otra forma. Soy más expresivo, elocuente y hasta más carismático, hasta podría decirse que soy feliz fuera de mi casa.

Me atrevo a decir esto porque siento que siempre hay comparación entre mí y mi hermano por parte de mis padres. Aunque no sean sus intenciones, marcan una diferencia grande entre él y yo. Al comienzo no me molestaban, hasta que empecé a pensar en posibles situaciones a futuro. La más grande que veo hoy es la posibilidad que tiene mi hermano de traer a su novia a casa a comer, compartir con la familia, etc. Yo sé que nunca voy a poder traer a una pareja mía, porque nunca le van a dar esa confianza que a mi cuñada sí. Y antes de hacerle pasar mal rato a mi pareja prefiero que no conozca ese aspecto de mi familia. Duele pensar así, pero es la realidad en la que se vive.

Acá no soy yo, no pienso como yo, ni vivo como yo. Me conformo con pensar asa, vivir asa y ser asa. Por lo menos hasta que las circunstancias y el destino me saquen de mi hogar.